lunes, 7 de junio de 2010

En deuda...

nnnTodavía no sé qué me molesta más: no poder cumplir con lo que me propongo o que mayo desentone con respecto a los demás meses y tenga un 3, no un 4. Traducción I: Yo, Pandora, me propuse escribir semanalmente (no lo logré). Yo, Pandora, intenté por lo menos escribir cuatro entradas mensuales (una por cada semana, aun cuando no fueran entradas exactamente semanales). Yo, Pandora, me quedé de nuevo a mitad de camino. Traducción II: febrero (4), marzo (4), abril (4), mayo (3)... ¿a alguien le molesta tanto como a mí? 
nnnEsta entrada es resultado de diversas entradas fallidas: en una pensaba hablar de "lo raro"; en otra, de la deuda de mayo y en otra, de mi necesidad de simetría y de mis confusiones. Hoy, decidí hablar de las tres.
nnnHace unos días vi una foto de un hombre con seis dedos en una mano. La mano era tan perfecta que había que contar los dedos para notar que "sobraba" uno. Vi también la foto de un hombre que alguna vez fue mujer. Una sensación de "raro" se esparció en el ambiente. (Aclaro que uno de los hombres citados es mi amigo). Días más tarde, me di cuenta de que para ellos lo raro no era raro, era lo que era. Desde siempre uno había tenido seis dedos; desde siempre otro había sido hombre. Entonces lo pensé... ¿por qué me siento rara conmigo casi todos los días? ¿Por qué mi cuerpo no es mi cuerpo y mis pensamientos, mis pensamientos? ¿Por qué me reniego?
nnnAyer, en una charla-discusión familiar, me trataron de anormal ("chapita", "monotemática", "con problemas"), obvio que no con ánimos de ofender. "Lo raro" era yo. No me enojé, al contrario. Desde siempre vivo conmigo y desde siempre me percibo "rara". 
nnnPensando en cómo pagar mis deudas, sintiéndome rara, necesitando orden y simetría en mi vida, me despido deseando que sea semanalmente.


1 comentario:

MALITO PELEA dijo...

Raro... "sos raro vos" también lo he escuchado. Lejos de ofenderme, creo lograr distinción. Ser distinto a lo común y normal que se ve, que se busca, que se encuentra.
Ser diferente a lo "standard" es tener una constante sensación de soledad inquietantemente perdurable, y la certeza de que logramos desatarnos de densas cadenas siempre vigentes y por ello la tan ansiada libertad.