martes, 23 de marzo de 2010

Dos en uno...


Uno de los apocalipsis modernos

nnnEl jueves 11/3 me abrieron la puerta para ir a jugar. La fecha de entrega de un trabajo prácticamente quedó caduca después de un correo, por lo que, con los niveles de presión descendiendo, decidí hacer lo que nunca hago (y nunca más haré): descargar juegos de la Net. Cuento corto: archivo extraño (ni siquiera con nombre de virus por ser nuevito) destruyó el sistema de seguridad de Windows Vista, se comió el espacio libre del disco e impidió que Microsoft pueda residir en la carcasa Acer.



nnnSin medir las consecuencias, no me preocupé hasta que una nueva fecha de entrega se impuso. Mi caro amico salvó la cáscara. Ubuntu la aceptó como su choza. Maravillada por la vida free, me dejé estar y, cuando los tiempos apremiaron, no hubo Virtual Box Machine, ni Wine, ni nada que me hiciera correr el Word como la gente. Y como el mundo no es libre, tuve que buscar una nueva prisión...

Un mar de posapocalipsis

nnnCon ojos lacrimosos, garganta rasposa de putear a los cuatro vientos, paria de mi familia por el mal humor, enojada con el mundo y con el amor, fui a mi rito más puro: la sesión de terapia. No sólo obtuve un "hay que cortar la cadena de significantes", sino también un número salvador: un músico que vendía una notebook bien, porque se quedó sin audio y sin puerto USB. Después de soltar la plaga en mi mundo moderno y casi habiendo perdido la esperanza que había osado ostentar, escribo bisemanalmente desde mi nueva nuez. Los caballos del Apocalipsis dejaron de relinchar y Pandora volvió a brillar.

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